
Susana Barbero y Lourdes Álvarez son el alma educativa del Banco de Alimentos de Valladolid. Su incorporación a esta entidad se produjo cuando la jubilación llamó a sus puertas. Las dos han sido profesoras de Educación Secundaria y Bachillerato y aunque ya se han retirado de la enseñanza, tanto Susana como Lourdes, siguen ligadas a las vivencias e inquietudes de los escolares. Actualmente, y junto a otras diez personas del Área Educativa de la Fundación Banco de Alimentos de Valladolid, se encargan de difundir las actividades de esta entidad entre los alumnos y profesores de los centros educativos vallisoletanos.
P.-¿Qué hacen con los alumnos cuando llegan al Banco de Alimentos?
R.- Recibimos a los escolares en un aula, que se ha preparado en la nave que el Banco de Alimentos tiene en el Polígono de Argales. Desde este emplazamiento, les ofrecemos una pequeña charla de media hora, en la que les explicamos qué es un Banco de Alimentos, cómo funciona, cómo se recogen los alimentos y cómo se reparten cada día. Les insistimos mucho en los distintos tipos de voluntarios que trabajan en la entidad, así como nuestra preocupación en el control de los víveres desde el momento que entran en las naves hasta que son retirados por las diferentes asociaciones con las que trabajamos. Además, les facilitamos igualmente datos reales de los kilos de alimentos recogidos y el número de personas asistidas.
Tras esta primera toma de contacto con la realidad, a continuación, se visitan las naves y se les va explicando cómo se clasifican los alimentos, cómo es la logística de organización y gestión… Y además, por un momento, se convierten en testigos directos de cómo se preparan los distintos pedidos para su retirada posterior.
P.- ¿Qué duración tiene esta visita?
R.- La visita dura más o menos una hora. Comenzamos siempre a las 09.30 horas de la mañana, ya que justamente en ese horario, las naves con sus voluntarios al frente, se encuentran a pleno rendimiento de actividad.
P.-¿Cómo se organizan las visitas?
R.- La gestión comienza en septiembre, mes en el que se publica el Programa de Actividades Municipales del Ayuntamiento de Valladolid, ya que nuestra visita está incluida en él. A partir de ese momento, los centros nos envían al correo electrónico del área educativa una solicitud de visita en la que nos proponen fecha, número de asistentes, cursos… Tras esta primera toma informativa, luego somos nosotras, las que nos ponemos en comunicación con los centros para cerrar las fechas definitivas de la visita, cuantificamos el número de grupos y todas aquellas cuestiones que haya que clarificar para que su visita se realice en las mejores condiciones.
P.- ¿Qué opinan los colegios?
R.- Lo cierto es que el programa ha tenido muy buena acogida. De hecho, algunos de los centros que ya nos han visitado durante el pasado año, no sólo han querido repetir la experiencia durante el presente curso escolar sino que han ampliado su solicitud para otros grupos del centro. Los profesores que acompañan a los alumnos a estas charlas siempre nos comentan que esta visita les resulta interesante porque a través de nuestro trabajo informativo, los escolares pueden ver la realidad del funcionamiento de un Banco de Alimentos y la dureza del trabajo de los voluntarios, que de una manera desinteresada, prestan su ayuda cada día con la mejor de sus sonrisas.
P.-¿Qué es lo que más les inquieta a los escolares?
R.- Hacen preguntas variadísimas, sobre todo de los voluntarios, de la organización de los alimentos, las fechas de caducidad, entre otras cuestiones.
P.-¿Cómo colaboran los colegios?
R.- Generalmente, los centros escolares organizan "Operaciones Kilo", coincidiendo más o menos con las visitas, para integrar éstas en la Programación de actividades del centro. Este tipo de colaboración se la agradecemos vivamente, ya que sin ellos, sería imposible llevar a cabo nuestro programa.
P.-¿Por qué creen que esta visita es tan importante?
R.- Uno de los aspectos más interesantes de nuestro Programa Educativo es abrir puertas al futuro del Banco. Todo el trabajo que hacemos con estos niños y jóvenes no sólo es un mero trámite a cumplimentar sino que se les está informando de la realidad presente del Banco de Alimentos con la ilusión de que algún día, alguno de los alumnos, se convierta en un futuro voluntario y colaborador de dicha entidad. Son, en definitiva, creadores de una opinión positiva del funcionamiento de esta fundación. Los escolares, además, pueden difundir la actuación del Banco dentro de su entorno más cercano, y no sólo para estimular las donaciones sino también para conocer cómo pueden acceder a los servicios que la Fundación presta a la sociedad.
P.- ¿Tienen en su mente alguna idea esencial para mejorar esta actividad?
R.- Siempre estamos dispuestas a valorar todas las sugerencias que aparezcan para mejorar nuestro trabajo. Agradecemos, por tanto, que a todos los que se les ocurra algo..., que nos lo digan.